Los vectores, según la Organización Mundial de la salud, son artrópodos hematófagos capaces de transmitir de forma activa un patógeno de un hospedador a otro. Los planes de vigilancia y control de vectores, tales como mosquitos, simúlidos o moscas negras, flebótomos, pulgas y garrapatas, son la herramienta para minimizar su incidencia sobre la salud pública y la sanidad animal, tanto como por las molestias que causan sus picaduras como por, y es lo más importante, la potencial transmisión de enfermedades víricas: dengue, zika, chikungunya, virus del Nilo occidental en el caso de los mosquitos o la enfermedad de Lyme por garrapatas, a modo de ejemplo. Esta situación se agrava por la reciente presencia y adaptación de especies exóticas invasoras, como el mosquito tigre.
En la fase de diagnosis identificaremos la especie de vector, así como su biología y a las características de su entorno público o privado, para implementar un programa de actuación específico, en el cual se priorizan los tratamientos larvicidas biológicos o biorracionales, para finalmente proceder a evaluar el control realizado mediante trampeo o seguimiento de focos de cría y refugio, tal y como marca la norma UNE-EN 16636 de gestión de plagas. Para CTL Sanidad Ambiental son fundamentales las actividades formativas (charlas a escolares, asociaciones de vecinos y especialistas: farmacéuticos, jardineros o personal de limpiezas) e informativas (inspecciones puerta a puerta, edición de posters y dípticos).
Estos planes de vigilancia y control han de ser revisados continuamente y mantenidos en el tiempo, con el objetivo de prevenir estos factores en el medio ambiente que pueden afectar adversamente la salud de presentes y futuras generaciones.
