Motril se propone frenar la “amenaza” de la oruga procesionaria.
Las trampas Koppert no suponen peligro para humanos ni animales
La trampa Koppert, está basada en un atractivo de feromonas que se debe usar en combinación con los dispensadores de feromonas Pherodis. El dispensador de feromonas libera una feromona sexual específica de una especie, que atrae a la trampa a los machos adultos de la plaga que se quiere erradicar. Una vez en la trampa, se quedan pegadas a la tira adhesiva y son fáciles de detectar, contar e identificar.
Las bolsas están especialmente diseñadas para zonas verdes, parques públicos y áreas al aire libre. Se utilizarán allá donde se puedan encontrar pinos y no contienen ningún tipo de químico que afecte a personas o animales.
El peligro que supone la procesionaria del pino reside en su cuerpo. Está recubierto por unos pelillos afilados que son casi como dardos. Cuando se sienten amenazadas sueltan esas flechas que, al contacto la piel, pueden causar dermatitis, lesiones oculares y fuertes reacciones alérgicas o urticaria.
El buen tiempo registrado este invierno y las altas temperaturas de las últimas semanas en la costa han ocasionado la aparición de esta molesta plaga, cuyo roce puede ser peligroso para los animales domésticos y para los más pequeños, si se produce algún contacto con ella.El peligro que entraña este insecto para las personas y las mascotas ha llevado a la concejalía de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Motril a iniciar un plan de control contra la oruga procesionaria mediante la instalación de trampas consistentes en un collar que se ciñe al tronco del árbol y va equipado con una bajante conectada a una bolsa de plástico que contiene tierra de la zona y acícula de pino , de esta forma, al descender por el tronco del árbol , la oruga está reconducida hasta la trampa.