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El Mosquito Tigre

EL MOSQUITO TIGRE

Aedes Albopictus. Introducción y situación actual del mosquito.

EL MOSQUITO TIGRE (AEDES ALBOPICTUS)

De todos es conocido que los mosquitos (especialmente Culícidos) siempre han representado un problema para las comunidades humanas. Tanto por el peligro que entrañan como posibles vectores de transmisión de enfermedades, como por las molestias que causan a la población debido a sus hábitos hematófagos. La variación climática tan poco habitual en nuestra latitud, ha favorecido el asentamiento de especies tropicales como el comúnmente denominado Mosquito Tigre, el cual, debe constituir objeto de especial seguimiento y control de su población.

Por tanto se desprende la necesidad tanto desde el punto de vista sanitario, como de calidad de vida, de la elaboración de una estrategia de lucha lo más eficaz posible. Y a su vez, que evite problemas secundarios de contaminación medioambiental. Cumpliendo con las exigencias presentadas en el pliego de condiciones técnicas, y bajo el criterio de organismos internacionales (FAO, OMS…), para gestionar el servicio de control de vectores, CTL Sanidad Ambiental estima necesario la realización de un proyecto de control integral del Vector Mosquito Tigre en los diferentes Campus y dependencias universitarias.

CTL cuenta para desarrollar de modo eficiente sus trabajos con la plataforma más moderna existente en el mercado: Un sistema de gestión integral informatizada. Esta interfaz permite desarrollar los diferentes documentos de trabajo de forma ágil y eficiente y es utilizada como una herramienta de vanguardia que cumple estrictamente con la nueva normativa en material del control de plagas como es la norma UNE EN 16636: 2015.

 

Mosquito Tigre: Riesgos para la Salud Pública

BIOECOLOGÍA, DISTRIBUCIÓN Y RIESGOS PARA LA SALUD PÚBLICA

¿Cómo es el mosquito tigre?

El Aedes albopictus es comúnmente conocido como mosquito tigre debido a su ornamentación corporal. Se caracteriza por tener una coloración negra con una característica línea blanca plateada en cabeza y tórax. Las patas poseen también escamas blancas a modo de anillos (ver figura). Mide aproximadamente 5 mm y como el resto de mosquitos son muy dependientes de las condiciones atmosféricas siendo especialmente sensibles a la desecación. Son estilizados y poseen un par de alas y halterios (dípteros), 3 pares de largas patas (nematóceros) y además una probóscide (aparato picador succionador) que los agrupa en la familia de los culícidos.

Presentan un desarrollo holometábolo lo que implica la necesidad de realizar metamorfosis completa mediante diferentes procesos de muda entre sus estadios larvarios. Su ciclo biológico está estrechamente ligado al medio acuático (Figura). Las hembras ovipositan en superficies en contacto con el agua pero el huevo puede resistir la desecación durante largos periodos de tiempo. Para optimizar la supervivencia fraccionan la puesta en diferentes puntos de cría.
Del huevo eclosiona la larva que muda cuatro veces hasta el estadio de pupa que precede al adulto. Ambos sexos se alimentan de jugos vegetales pero solo las hembras son hematófagas debido a la necesidad de sangre para la maduración de los huevos.

Diferentes estudios han demostrado que tanto la temperatura como el fotoperiodo son determinantes para que las hembras pongan huevos que entran en diapausa y se inicie el proceso de hibernación. (Lacour et al. 2015). No obstante, se han detectado en la provincia de Murcia, de forma reciente, poblaciones activas en los meses invernales que no entran en diapausa, (Bueno & Jiménez, 2015).
Se trata de un mosquito originariamente limnodendrófilo lo que implica que sus estadios inmaduros se desarrollan en pequeños recipientes naturales como huecos de árboles, rocas e incluso hojas de plantas (como palmeras y similares). Y se ha sabido adaptar a todo tipo de recipientes artificiales (Imagen inferior).

Foto: Rubén Bueno-Marí

En la actualidad, su elevada plasticidad genética, fisiológica y ecológica (Hawley, 1988), le ha permitido adaptarse a multitud de hábitats domésticos y peri domésticos (Cuadro ), haciendo posible que cierre su ciclo en casi cualquier recipiente artificial que retenga agua (bien sean macetas, floreros, latas o neumáticos).

¿Dónde habita el mosquito tigre?

FOCOS DE CRIA DEL MOSQUITO TIGRE

¿Dónde se reproduce el mosquito tigre?

Los focos de cría urbanos específicos (listado no exhaustivo). Otras especies de mosquitos autóctonos pueden generar problemas en los hábitats descritos.

ALCANTARILLADO (REJILLAS O IMBORNALES SIFONADOS)
En las ciudades españolas en las que el mosquito tigre ha podido establecerse (ej. Levante), los imbornales o rejillas sifonados y/o con retención de agua han demostrado ser focos de cría importantes para el mosquito tigre, hasta el punto de que este tipo de infraestructuras requieren importantes operativos de tratamiento insecticida larvicida sistemático y planificado.

NEUMÁTICOS
Cubiertas de vehículos abandonadas, apiladas en perímetros de talleres de vehículos, depósitos temporales, etc.
Cubiertas utilizadas como mobiliario urbano (parques infantiles, patios de colegios y escuelas infantiles, etc. son asimismo fuente frecuente de focos de cría ocultos.

PLANTAS ORNAMENTALES
Maceteros y otros recipientes de jardinería presentes en balcones, terrazas, patios, etc. Especialmente interesantes como focos de cría resultan los platillos de contención de agua que se suelen utilizar bajo los maceteros y tiestos.

OTROS ENVASES O RECIPIENTRES TEMPORALES
Cualquier pequeño recipiente presente asimismo en patios, terrazas o espacios análogos, capaz de retener temporalmente agua de lluvia (mobiliario, juguetes, contenedores y envases, etc).

PUNTOS DE ALIMENTACIÓN (BEBIDA) DE ANIMALES DOMÉSTICOS
Bebederos destinados a gatos domésticos y otros animales de vida libre, como perros, aves, etc.

MOBILIARIO URBANO (ZONAS PRIVADAS)
Cualquier mobiliario capaz de retener agua de lluvia temporal, especialmente los ubicados en zonas umbrías.

MOBILIARIO URBANO (ZONAS PÚBLICAS)
Cualquier mobiliario capaz de retener agua de lluvia temporal, especialmente los ubicados en zonas umbrías.
En este sentido, es de destacar la capacidad de A. albopictus para localizar y utilizar focos de cría crípticos, lo que obliga a reforzar la vigilancia entomológica de forma importante.

ENVASES Y RECIPIENTES (BASURA EN SOLARES, VIALES, ETC)
Cualquier pequeño envase o recipiente que permita el acúmulo temporal de agua de lluvia presente en solares, descampados, viales, zonas ajardinadas, etc.

SOLARES Los solares pueden presentar un impacto especial debido a la posibilidad no infrecuente de acúmulo de residuos (botellas, botes vacíos, etc.)

CEMENTERIOS
Maceteros y elementos previstos en tumbas y nichos de cementerios para la instalación de elementos florales. En zonas colonizadas por el mosquito tigre se ha comprobado que estos espacios son críticos en la vigilancia y control.

HUECOS DE ÁRBOLES
Foco de cría original del mosquito tigre en su medio natural (bosque tropical), los huecos de árboles de parques, jardines y/o espacios privados no sellados constituyen excelentes focos de cría potencial.

FUENTES ORNAMENTALES
Pequeñas fuentes ornamentales, localizadas en zonas umbrías pueden constituir buenos focos de cría potencial. Es preciso resaltar el riesgo especial derivado de fuentes ornamentales no accesibles a la inspección municipal rutinaria por ubicarse en recintos privados.

CANALONES
Los canalones en mal estado (mal drenaje por gravedad, sucios o mal mantenidos acumulan agua de lluvia. La dificultad de acceso para su inspección dificulta el control.

HUERTOS URBANOS / AGRICULTURA URBANA
Los huertos urbanos presentes en descampados, parcelas o en el interior de instalaciones (ej. colegios), presentan numerosas posibilidades de cría para el mosquito tigre. En particular los recipientes utilizados para almacenar agua para el riego.

ACEQUIAS Y CANALES
A menudo relacionados con actividades de agricultura urbana o periurbana. Los canales de irrigación son fuente potencial de problemas con mosquitos.

BARCOS
En ciudades costeras o con cauces fluviales navegables, los barcos amarrados en los muelles acumulan agua de lluvia y pueden ser focos de desarrollo del mosquito tigre.

PISCINAS
A diferencia de otros mosquitos (ej. Culex spp) que pueden provocar problemas frecuentes en el vaso de piscinas mal gestionadas o fuera de uso, el mosquito tigre elige normalmente zonas más discretas de estas instalaciones, como los skimmers.

ZONAS INUNDABLES
Ciertos tipos de terrenos o espacios sufren procesos de inundación recurrente. Este tipo de focos son utilizados por especies de mosquitos para, en corto especio de tiempo, generan una o varias generaciones de insectos.

JARDINES TROPICALIZADOS, INVERNADEROS E INSTALACIONES ANÁLOGAS
Instalaciones artificiales que, al recrear hábitats tropicalizados, generan buenas oportunidades para la cría del mosquito tigre.

DISTRIBUCIÓN, HABITOS Y RIESGOS PARA LA SALUD PÚBLICA

¿Cómo llegó el mosquito tigre a España?

El Mosquito Tigre es un insecto originario del sudeste asiático pero que actualmente se encuentra en los 5 continentes y se ha extendido rápidamente expansión en Europa (Figura ), desde que fue detectado en Albania en 1979. Su rápida dispersión ha tenido lugar por al transporte de huevos en mercancías como neumáticos y plantas (Reiter y Sprenger, 1987; Madon y col., 2002).

Mapa de distribución del mosquito tigre en Europa Fuente: http://ecdc.europa.eu/

Además recientemente se ha podido contrastar que ejemplares adultos, cuyo rango de vuelo habitual raramente excede de los 500 metros desde sus criaderos larvarios (Hawley, 1988). Está asociado al desplazamiento involuntario de individuos en el interior de vehículos particulares (Imagen ). (Comunicación personal R. Eritja, pendiente de publicación).

En España se detectó por primera vez en Cataluña en 2004, concretamente en San Cugat del Vallés (Aranda y col., 2006) y desde entonces ha colonizado prácticamente todo el arco mediterráneo hasta Cádiz, detectándose además en el País Vasco y en la provincia de Huesca (Collantes y col. 2016). Ver figura en la que se señalan las provincias con presencia del mosquito tigre (1 de enero de 2015).

El mosquito tigre está incluido en el catálogo de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo según el grupo de especialistas en especies invasoras (ISSG) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Este mosquito tiene actividad diurna sobre todo entre mayo y noviembre, con picos poblacionales en junio y septiembre. Su radio de vuelo es corto, entre 150 y 200 metros y se desplaza próximo al suelo. Está presente tanto es espacios rurales como urbanos y puede criar en el ámbito de la propiedad privada (jardines, patios, etc.)

Es muy agresivo con las personas y pica repetidamente. Muy discreto y pequeño, por lo que muchas veces no es detectado antes de la picadura. En el transcurso de la picada inoculan saliva, a menudo responsable de graves reacciones alérgicas, aunque la gravedad de la reacción parece amortiguarse en temporadas sucesivas.

En cualquier caso, la presencia del mosquito tigre no solo tiene un importante impacto sanitario por su agresividad y marcada antropofilia (Faraji y col., 2014; Muñoz y col., 2011) sino porque se ha demostrado su papel en la transmisión de arbovirus como el Dengue, Chikunguña, el West Nile y recientemente el Zika (Grard y col.,2014; Gratz, 2004; PAHO/WHO, 2016).

En este sentido, es destacable su responsabilidad en la aparición de brotes autóctonos de chikunguña acontecidos en Italia (región de Emilia-Romaña), en 2007 y Francia (Costa Azul), en 2010; de dengue, en 2010, en Francia (Costa Azul) y de Croacia (península de Pelješac) (Alarcón-Elbal et al. 2011).

En cualquier caso, la presencia del mosquito tigre no solo tiene un importante impacto sanitario por su agresividad y marcada antropofilia (Faraji y col., 2014; Muñoz y col., 2011) sino porque se ha demostrado su papel en la transmisión de arbovirus como el Dengue, Chikunguña, el West Nile y recientemente el Zika (Grard y col.,2014; Gratz, 2004; PAHO/WHO, 2016). En este sentido, es destacable su responsabilidad en la aparición de brotes autóctonos de chikunguña acontecidos en Italia (región de Emilia-Romaña), en 2007 y Francia (Costa Azul), en 2010; de dengue, en 2010, en Francia (Costa Azul) y de Croacia (península de Pelješac) (Alarcón-Elbal et al. 2011).

PLAN DE GESTIÓN

El mosquito tigre es un ejemplo claro de la necesidad de diseñar e implementar programas integrados de gestión coordinados entre las distintas Administraciones locales, provinciales y regionales y sus diferentes departamentos técnicos (salud, urbanismo, medio ambiente, etc.), tal y como se recoge en el Plan Nacional de Preparación y Respuesta frente a enfermedades Transmitidas por Vectores

Todas las fases del proceso de control, desde el diagnóstico inicial hasta la financiación y ejecución de las medidas de actuación, dependen de esta colaboración, así como de la participación activa de la población afectada.

En el caso del mosquito tigre se deberá también tener en cuenta el artículo 7 del RD 630/2013, de 3 de agosto, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras, en el que se exponen los efectos de la inclusión de una especie en el catálogo en lo que se refiere a la posesión y transporte de ejemplares vivos o muertos.

Diagnóstico de situación

En el diagnóstico de situación es importante tener en cuenta las siguientes peculiaridades:

  • La diferente problemática y vulnerabilidad de los municipios, según que la especie se encuentre o no ya implantada en su territorio, y en este último caso, en función de las posibilidades de introducción por proximidad a las zonas afectadas y la existencia de vías frecuentadas de comunicación terrestre.
  • La necesidad de revisar y actualizar el diagnóstico de situación de manera periódica y frecuente debido al carácter expansivo de este insecto.
  • La importancia de la detección temprana para evitar la colonización de nuevos territorios y prevenir su expansión.

El DS debe considerar, además, las directrices que hayan sido establecidas por las autoridades sanitarias, en función de las distintas situaciones epidemiológicas sanitarias por transmisión de arbovirosis, adaptando los métodos y estrategias de vigilancia. Se pueden diferenciar tres posibilidades, según el grado de implantación del vector.

  • Escenario 1: Mosquito invasor no establecido.

Existe el riesgo de introducción y establecimiento del mosquito invasor, pero aún no se ha detectado. La vigilancia tiene como objetivo detectar la posible introducción y establecimiento del mosquito invasor en los posibles lugares de entrada.

  • Escenario 2: Mosquito invasor establecido localmente.

Una población del mosquito invasor está establecida localmente en un área pequeña, sin evidencia de propagación. La vigilancia tiene como objetivo cuantificar el establecimiento y detectar la posible propagación de la especie invasora.

  • Escenario 3: Mosquito invasor ámpliamente establecido.

Al menos una población del mosquito invasor ha colonizado una amplia área mediante la propagación local. La vigilancia tiene como objetivo evaluar la dinámica de la población del mosquito invasor.

Trampa de Ovoposición para el Mosquito Tigre. Fotografía: David Bravo.

PROGRAMA DE ACTUACIÓN

Actuaciones de control del mosquito tigre

Los programas de actuación municipal contra el mosquito tigre deberán basarse en el escenario de riesgo definido en el diagnóstico, reforzando la vigilancia en el caso de áreas en los que no esté todavía presente para evitar su introducción o poniendo en marcha una estrategia de prevención y de control en el caso de que haya logrado introducirse y consolidar su población.

Las actuaciones de control deben ir dirigidas a la reducción de las poblaciones, ya que la erradicación total de esta especie en un espacio geográfico amplio, con clima benigno y poblaciones asentadas, se puede considerar prácticamente imposible. Sin embargo, sí podría ser un objetivo planteable ante la entrada accidental o la aparición de un foco aislado, en territorios que no sean climáticamente idóneos para su desarrollo.

La lucha contra el mosquito tigre requiere la participación activa de los ciudadanos, ya que gran parte de los focos de cría se encuentran en recintos privados, donde únicamente los propietarios pueden ejercer las medidas de control oportunas.

Por ello, la puesta en marcha por parte de las administraciones de medidas de sensibilización y de concienciación ciudadana que den a conocer la especie, su comportamiento, los riesgos asociados a su proliferación, las medidas de protección individual y las estrategias para reducir y eliminar los focos de mosquitos a nivel doméstico, son fundamentales para conseguir un mayor efecto en la reducción de la incidencia del mosquito tigre a nivel global.

Cabe destacar que, en lo que se refiere a la transmisión de arbovirosis (dengue, chikunguña, zika o Nilo Occidental) el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha redactado un Plan Nacional de preparación y respuesta frente a enfermedades transmitidas por vectores en 2016, que define la estrategia sanitaria ante casos importados o la aparición de casos autoctonos.

Se destacan cuatro objetivos generales en el marco de estos programas:

  • Reducir y mantener al mínimo posible las poblaciones de mosquito tigre.
  • Tratar de evitar la dispersión y el posterior establecimiento del mosquito en áreas todavía no colonizadas.
  • Minimizar las molestias que produce a la población de manera que permita la normal convivencia ciudadana.
  • Intentar proporcionar soluciones definitivas en aquellos lugares donde sea posible.

El control del mosquito tigre se articula en 3 ejes principales: la aplicación de medidas preventivas de diverso tipo, la implantación de medidas de control y el desarrollo de acciones de sensibilización de la población.

Medidas preventivas

Las medidas preventivas, y en concreto las dirigidas a evitar la puesta de huevos y el crecimiento de sus larvas acuáticas, constituyen el mejor método de control frente al mosquito tigre.

Una de las actuaciones fundamentales para evitar la proliferación del mosquito tigre será entonces la identificación y revisión periódica de los lugares susceptibles de crear el hábitat preferencial del mosquito. Y, dado que este mosquito realiza la puesta en cualquier lugar de pequeñas dimensiones susceptible de quedar inundado, las medidas de actuación deben centrarse en localizar todos estos puntos o zonas de cría del mosquito.

Es conveniente elaborar una cartografía detallada de los puntos de cría urbanos que estén en la vía pública, para lo que es recomendable el empleo de Sistemas de Información Geográfica (SIG) que permiten agilizar el proceso y facilitar la toma de decisiones.

Una vez localizados los puntos de cría, se deben eliminar, siempre que sea posible, todos estos elementos y estructuras de riesgo y, en caso de no ser posible, se someterán a vigilancia y tratamiento.

Se describen, a continuación, una serie de medidas preventivas que pueden ser aplicables tanto en el ámbito público como en el privado, y otras específicas para determinados espacios públicos o actividades que, por sus características, pueden favorecer la presencia del mosquito.

Medidas generales para espacios públicos y privados

Tipo de actuación: Medidas

Eliminar los hábitats larvarios

  • Eliminar cualquier recipiente que pueda acumular agua tras lluvias o riegos intensivos, o bien colocarlo de modo que no pueda albergar colecciones de agua accesibles para los mosquitos. Se incluye también aquí la retirada de ciertos residuos que se pueden acumular en espacios públicos o privados (latas, botellas, bolsas, etc.).
  • Vaciar y poner a cubierto todos los objetos y contenedores en los que se pueda acumular agua (jarrones, cubos, ceniceros, juguetes, platos de animales domésticos, platos bajo las macetas, etc.). En el caso de elementos fijos y objetos que no se puedan retirar, se deben revisar atentamente al menos dos veces por semana y eliminar cualquier cúmulo de agua, limpiando los recipientes y evitando que se vuelvan a llenar. En el caso de los platos de macetas, cuando éstos no puedan retirarse, hay que mantenerlos secos.
  • Los neumáticos deben mantenerse secos y cubierto.
  • Evitar los agujeros y las depresiones del suelo donde se pueda acumular agua, así como la acumulación de agua en los agujeros de los árboles (desecando-o colocando algún material inerte que tape el agujero, como arena por ejemplo, para evitar que entre el agua).

Limpiar, renovar y tratar instalaciones y equipos

  • Renovar frecuentemente (cada 2-3 días) la lámina de agua en aquellas instalaciones o equipos destinados al almacenamiento de agua (por ejemplo, bebederos de animales).
  • Mantener con cloro y en situación de recirculación hídrica las balsas, fuentes, estanques y otras masas de agua de tipo ornamental.
  • Los canalones de recolección de aguas de los tejados deben mantenerse limpias de restos vegetales. Asimismo, se debe hacer el mantenimiento a las alcantarillas de los patios.
  • Impedir que el agua de las piscinas se convierta en un foco de cría de mosquitos. Cuando estén vacías, se deben mantener completamente secas. Las piscinas llenas de agua se mantendrán tapadas o con tratamientos adecuado

Colocar barreras físicas

  • Aplicar medidas físicas que restrinjan el acceso del mosquito tigre a masas de agua existentes (por ejemplo, instalación de mallas mosquiteras de luz fina en pequeñas arquetas, fosas o bidones de riego) o que impidan la entrada de agua (por ejemplo, reparar filtraciones o fugas hídricas en sótanos o falsos techos de edificaciones) y su acumulación.

Aplicar control biológico

  • Introducir fauna predadora de larvas de mosquitos, especialmente de tipo piscícola, siempre en coordinación con la administración ambiental competente en materia fauna silvestre.
  • Realizar tratamientos biocidas en focos de cría permanentes que no sea posible eliminar como imbornales y fuentes.

Medidas específicas contra el mosquito tigre en determinados espacios públicos:

Espacio público Medidas
Cementerios: Los recipientes contenedores de flores u objetos ornamentales no deben acumular agua accesible a los mosquitos. Se puede evitar, por ejemplo, mediante esponjas, fibras absorbentes o geles hidropónicos, agujereando los recipientes para la base, o bien introduciendo arenas u otros materiales, tales como perlita, que permitan la presencia de agua, pero la hagan inaccesible a los mosquitos. Se puede optar también por el uso de macetas con plantas naturales.
Escuelas y otros equipamientos Los elementos de juego no deben tener agua estancada, especialmente en épocas de vacaciones, donde puede permanecer más tiempo sin control. En caso de que haya neumáticos destinados a los juegos, se mantendrán secos, con agujeros de percolación o bien colocándolos semienterrados en posición vertical.
Huertos, solares y fincas sin uso Mantener estos espacios libres de posibles focos de cría de mosquitos, con especial atención a las áreas de recogida de basura, las herramientas de trabajo y los elementos de mobiliario abandonados. En caso de que haya depósitos de agua, deben mantenerse tapados o cubiertos con tela de mosquitera.
Actividades comerciales e industriales En estos ámbitos, el control de los posibles focos de cría de mosquitos debe incorporarse a los planes internos de seguridad e higiene de las empresas, incluyen todos los puntos en que se acumule o pueda acumularse agua, por el uso de neumáticos, instalaciones u otros elementos de riesgo.
Centros almacenamiento neumáticos Mantener las zonas de almacenamiento de neumáticos usados y de desechos libres de vegetación y de objetos que puedan acumular agua y favorecer la cría del mosquito tigre. El apilamiento de los neumáticos usados se realizará en columnas verticales y deben cubrirse con lonas siempre que sea posible.
Parques y jardines Evitar el encharcamiento de los circuitos de riego y sumideros.

Mantener la recirculación del agua en lagos y estanques o secar los vasos completamente, en su caso.

 

Medidas urbanísticas, diseño de infraestructuras y equipamientos contra el mosquito tigre.

Por último, se detallan un conjunto de recomendaciones dirigidas a mejorar el diseño para elementos urbanos públicos. En este sentido, es especialmente importante, siempre que sea posible, incorporar en las fases de planificación y de diseño de elementos urbanísticos una serie de criterios y recomendaciones generales a tener en cuenta para poder minimizar de forma importante la existencia de muchos de estos puntos de cría del mosquito. Las recomendaciones principales son:

 

Elemento urbano Medidas
Edificios y equipamientos Las cámaras sanitarias (espacios cerrados y no practicables construidos por excavación parcial debajo de la planta baja de los edificios) pueden ser susceptibles de inundación (por aguas freáticas, por roturas en las conducciones de agua o por fugas de aguas residuales) y pueden suponer un importante foco de cría del mosquito. Es por ello que el diseño de los edificios debe evitar la existencia de este tipo de espacios y, en caso de que haya, rellenar el nivel basal de estos espacios con grava u otros áridos para neutralizar la posible presencia de agua hasta el nivel de relleno.

En piscinas colectivas, vestuarios y otros lugares con uso de agua, será necesario disponer de sumideros y rejas de evacuación. Los pequeños sumideros circulares habituales en muchas piscinas y áreas comunitarias de los edificios pueden ser también problemáticos y hay controlarlos adecuadamente.

Los sistemas de acondicionamiento del aire de los edificios deben diseñarse de modo que el agua de condensación se recoja y se canalice de forma adecuada y que se evite la presencia de cubos en el exterior.

Sistema de evacuación de pluviales Los imbornales, sumideros de calles, pozos de arenas o decantadores constituyen elementos importantes de riesgo en cuanto a la cría del mosquito, ya que contienen agua de forma permanente, y son elementos situados muy cerca de las viviendas. Las soluciones de diseño deben basarse en la existencia de sistemas de decantación que impliquen la mínima acumulación de agua posible y un mantenimiento adecuado de los pendientes entre sumideros para evitar estancamientos de agua.

Los canalones de recogida de aguas pluviales en los tejados de los edificios públicos y las arquetas de recogida situadas al pie de las bajantes deben diseñarse con las pendientes adecuadas para evitar atascos.

Estanques, fuentes y depósitos Los estanques decorativos y fuentes deben diseñarse de manera que se eviten las pendientes suaves en los bordes, y el perfil del fondo debe ser en forma de embudo con un agujero de desagüe central. Se debe evitar, además, la construcción de canales periféricos a la lámina de agua, y en su diseño se debe garantizar una buena recirculación del agua, para impedir el establecimiento y la proliferación de mosquitos.
  • Los depósitos enterrados para aguas de lluvia u otro tipo de depósitos subterráneos deben tener unas condiciones adecuadas de estanqueidad y deben disponer de orificios de ventilación protegidos con tela de mosquitera.
  • Las fuentes públicas deben diseñarse de forma que se eviten acumulaciones de agua y los atascos en lo desagües (desagüe ancho o duplicado, rejas no extraíbles de ranura estrecha).
Parques, jardines y vías públicas Los elementos vegetales en espacios públicos deben situarse en jardineras o contenedores adecuados. Hay que valorar el uso de las hidrojardineras que disponen de depósitos de acumulación de agua que comunican directamente con el exterior, ya que pueden ser un punto de riesgo.

Para el arbolado público se seleccionarán especies arbóreas que no tengan tendencia a generar agujeros en el tronco. Esto debe complementarse con la adopción de estrategias de poda que no generen cicatrices y con la elección de especies de madera dura que no tenga tendencia a pudrirse. Son ejemplos de especies peligrosas los plataneros, las moreras y ciertas variedades tropicales de crecimiento muy rápido.

Las arquetas de registro de aguas y las bocas de riego pueden ser problemáticas en caso que se produzcan acumulaciones de agua. Es por ello que hay que utilizar grifos y elementos que eviten pérdidas y las arquetas deben tener orificios de desagüe hacia el sustrato inferior y / o con una tapa metálica para que los mosquitos no puedan penetrar. Además, los sistemas de riego automático, sean por aspersión o goteo, deben tener en cuenta los recorridos de evacuación de las escorrentías y los elementos urbanos cercanos donde podrían acumularse.

Las papeleras de la vía pública no deben retener agua, por lo que hay que seleccionar aquellos modelos que presenten orificios en su base.

Medidas de control del mosquito tigre

Como ya se ha descrito la medida más efectiva de prevención y control del mosquito tigre, a corto, medio y largo plazo, es la eliminación mecánica de sus puntos de cría. En ciertos casos, al no ser esto posible o ante situaciones de especial riesgo, puede ser necesaria, como medida complementaria, la utilización de biocidas.

Estos tratamientos se basarán en el uso de productos larvicidas que son más eficaces y ambientalmente menos problemáticos, y sólo en los casos en que sea estrictamente necesario y esté debidamente justificado, se emplearán productos contra mosquitos adultos. La finalidad principal de los tratamientos larvicidas es la eliminación de las poblaciones inmaduras del mosquito para evitar la aparición de los ejemplares adultos. Estos tratamientos pueden ser necesarios en determinados espacios como los sumideros de las calles, los cementerios, fuentes ornamentales, lavaderos, etc.

Tratamiento de red de pluviales. Fotografía: David Bravo.

Actualmente existen diferentes sustancias activas biocidas autorizadas para su uso como larvicidas en el ámbito ambiental y que constituyen los componentes principales de diferentes tipo de formulados plaguicidas. Entre los preparados autorizados, hay formulaciones con sustancias activas biológicas, como el Bacillus thuringiensis var. israeliensis, y otras con sustancias biorracionales, como los Insecticidas Reguladores del Crecimiento (IGR’s, de las siglas en inglés), entre los que destacan el diflubenzurón, el piriproxifen o el metopreno.

En los últimos años se están empleando otro tipo de sustancias para el control físico o mecánico de larvas de mosquitos, como por ejemplo los polímeros biodegradables que rompen la tensión superficial del agua, crean una capa superficial que impide el acceso de las larvas de mosquitos al oxígeno atmosférico y, por tanto, la muerte por asfixia de los insectos en cortos espacios de tiempo, aunque se trata de una solución complementaria.

El control basado en tratamientos adulticidas tiene, en general, una eficacia a medio y largo plazo muy limitada contra los mosquitos y, en particular, contra el mosquito tigre. Por ello, sólo se debe utilizar en caso de que esté debidamente justificado, ante situaciones puntuales y nunca de forma sistemática ni periódica. La necesidad de esta actuación puede darse en casos de infestaciones muy elevadas, coyunturas de riesgo epidemiológico severo o bien para suprimir infestaciones iniciales en zonas aún libres de mosquito que se hayan podido detectar a tiempo.

Existen diferentes productos biocidas autorizados para el ámbito ambiental, con sustancias activas y formulaciones diferentes inscritos en el Registro Oficial de Biocidas.

Medidas de sensibilización ciudadana

Las acciones de información y sensibilización dirigidas a la población son elementos clave en la prevención y el control del mosquito tigre, dado que una parte significativa del hábitat de este insecto puede reducirse con pequeñas modificaciones de estos espacios. Estas actuaciones tienen una gran significación ya que es en el ámbito doméstico y en los recintos particulares, donde se concentra el porcentaje más elevado de sus poblaciones.

Como se ha comentado previamente, para prevenir y controlar el mosquito en los domicilios es preciso la búsqueda activa y la eliminación o inutilización de todos los recipientes que contengan o puedan contener agua, agujereándolos, invirtiéndolos, cubriéndolos o cambiándoles el agua semanalmente. Esta actividad de vigilancia y eliminación de focos de cría debe realizarse de forma continua, y comenzar antes del inicio del ciclo anual del mosquito.

Para lograr la participación de un porcentaje significativo de la población es necesario realizar campañas específicas para dar a conocer el problema, mostrar las soluciones posibles.

Estas campañas de sensibilización, concienciación y educación cívica deben diseñarse de acuerdo con la localización y los condicionantes socioeconómicos de la población diana y realizarse en la época del año más conveniente. Este esfuerzo deberá mantenerse en el tiempo a fin de lograr la adherencia de la población a los programas de control.  

Asimismo, se tendrá en cuenta la existencia de determinados grupos de población que pueden contribuir de una forma especial a la prevención y control, porque pueden servir de interlocutores y dinamizadores de la actuación ciudadana, o porque participan de manera más directa en la aplicación de las medidas contra el desarrollo del mosquito. Se diferencia, por este motivo, dos ejes de actuación, según se dirijan al conjunto de la población o a grupos específicos.

En relación con la población general el objetivo es ofrecer información general sobre el mosquito y sobre las acciones necesarias para prevenir y controlar sus poblaciones. Las campañas de información se pueden llevar a cabo en diferentes medios:

  • Distribución de folletos informativos (trípticos, hojas, etc.) y pósters en los municipios afectados y potencialmente afectados (limítrofes de aquellos con presencia confirmada del mosquito).
  • Información actualizada en sitios webs y mantenimiento de enlaces entre los sitios de diferentes instituciones que dispongan de información sobre este tema.
  • Utilización de medios de comunicación locales.
  • Elaboración de material audiovisual (videos, spots, etc.) para diferentes canales de comunicación.
  • Charlas informativas de ámbito local.
  • Exposiciones itinerantes.
  • Visitas a comunidades de vecinos y domicilios por parte de agentes cívicos o locales.
  • Proyectos educativos en la prevención del mosquito tigre.

Es sumamente importante que, en la medida de lo posible, la información sea explicada de forma directa al ciudadano, a fin de favorecer la motivación y los cambios actitudinales que se buscan.

A través de la experiencia de los últimos años sobre las campañas de sensibilización, se ha observado que la distribución de folletos informativos es mucho más eficaz si va acompañada de una explicación por parte de un agente cívico o ambiental, dado que proporciona una comunicación verbal, persona a persona.

La sensibilización de los grupos específicos incluirá actuaciones dirigidas a sectores profesionales de especial relevancia como profesores y maestros, titulares de farmacias y responsables del mantenimiento municipal (jardinería, ciclo integral del agua, limpieza), mediante la organización de charlas formativas e informativas, el desarrollo de talleres prácticos y la participación en proyectos educativos.

  • Iniciativas en la escuela
  • Distribución de material informativo a los directores de los centros de enseñanza.
  • Elaboración de material didáctico que incluyan aspectos de identificación del mosquito y de sus puntos de cría.
  • Realización de talleres participativos y proyectos educativos.  
  • Desarrollo de programas de formación para incluir a los currículos de educación primaria y secundaria.

Educación sobre el mosquito tigre en la escuela. Fotografía David Bravo.

Distribución de material informativo, realización de reuniones y charlas en organizaciones y colectivos de interés como:

  • alojamientos infantiles y juveniles, y campings.
  • residencias de ancianos.
  • centros y depósitos de neumáticos.
  • centros de jardinería y relacionados con el ciclo integral del agua.

Estrategia de control

El programa de actuación se basará en el Control Integrado de Plagas, de modo que se integren todas las medidas descritas, priorizando las medidas preventivas y, en el caso de los tratamientos químicos, el uso de larvicidas sobre los adulticidas. El periodo de actuación se extenderá al periodo de actividad vectorial que normalmente va de abril a noviembre, dependiendo de las variables ambientales.

Los muestreos mediante trampas de ovoposición y BG Sentinel, cuya finalidad sea el monitoreo de las poblaciones y el conocimiento de la fenología, se iniciaran en el mes de marzo, previo al inicio de la actividad vectorial para poder determinar el inicio de la actividad del vector y finalizaran como mínimo en el mes de noviembre, siempre que no se detecte actividad continuada durante, al menos, tres semanas consecutivas.

Con anterioridad al periodo de actividad vectorial (febrero - marzo) se comenzarán las actuaciones de sensibilización ciudadana, para informar, sensibilizar y concienciar a los ciudadanos de las medidas que deben adoptar.

Se realizará una inspección y revisión periódica de los lugares susceptibles de albergar el mosquito (hábitats larvarios). La periodicidad de esta revisión podría establecerse, como mínimo, en 1 visita/semana dependiendo de las condiciones ambientales.

Durante estos trabajos de revisión debe valorarse (dependiendo del lugar, época, condiciones ambientales) la necesidad del tratamiento con larvicidas en las zonas que no puedan drenarse (imbornales, etc.), así como en aquellas en las que se detecte presencia de larvas.

Simultáneamente a estas actuaciones se continuará con la vigilancia de las fases inmaduras, con trampas de ovoposición, y de la población de adultos mediante trampeo con BG Sentinel.

La intensidad de las intervenciones sobre larvas y adultos será acorde al grado de infestación detectado y a la existencia de instalaciones y áreas de especial riesgo (casos de arbovirosis, cementerios, viveros y huertos urbanos).

Cabe mencionar que la periodización temporal previamente indicada responde a una situación de presencia del vector en la mayor parte de zona mediterránea y que será necesario adaptar el calendario a las condiciones locales. Se ha comprobado que en diferentes puntos de la Región de Murcia, por ejemplo, la actividad del mosquito tigre aunque atenuada continua  durante los meses invernales y por ello, las actuaciones deberán extenderse al conjunto del año.

EVALUACIÓN

Con el Mosquito Tigre, tras los tratamientos larvicidas y/o adulticidas, siempre debe establecerse una fase de seguimiento para evaluar el grado de eficacia de las aplicaciones efectuadas. Posibles errores o factores externos que hayan mermado la efectividad de las intervenciones. La necesidad de prolongar dichos tratamientos, o proponer cambios en aspectos técnicos como la materia activa empleada y la técnica de aplicación seleccionada.

De forma genérica, y en base a la residualidad que ofrecen la mayoría de larvicidas actualmente disponibles en el mercado, los seguimientos de las actuaciones larvicidas en biotopos de cría periódicos en la vía pública (fundamentalmente imbornales) deben oscilar entre las 4 y 6 semanas. Según la sustancia empleada, la dosis seleccionada, el nivel de infestación inicial, y datos históricos de actividad en la zona en cuestión, así como información relativa a grado de renovación de las láminas de agua por lluvias o baldeos de la vía pública.

En situaciones de riesgo epidemiológico ante la proximidad de casos importados o autóctonos de ciertas virosis, obviamente estos seguimientos de las actuaciones larvicidas deben acortarse en el tiempo para minimizar el posible impacto sanitario de situaciones sobrevenidas relativas a la proliferación de Ae. albopictus en puntos críticos que hayan pasado desapercibidos durante la inspección inicial.

Por lo que respecta a las actuaciones adulticidas, un exhaustivo seguimiento de la eficacia del tratamiento debe hacerse de forma prácticamente inmediata, acompasándolo con la primera visita al espacio afectado una vez transcurrido el plazo de seguridad para evidenciar las condiciones practicables del espacio por personas y animales. Este seguimiento debe centrarse en frecuentar y monitorizar las principales áreas de reposo y refugio de adultos del mosquito tigre que habrán sido tratadas (vegetación herbácea y arbustiva, interior de imbornales, papeleras y otras estructuras del mobiliario urbano).

Debido a la marcada antropofilia de Ae. albopictus, con la simple inspección por parte del operario en horario de plena actividad del vector en los puntos críticos de refugio, ya se detectarán indicios de actividad de la especie que marcarán en primera instancia el grado de efectividad del tratamiento adulticida.

No obstante, en cualquier caso y sobre todo ante una aparente ausencia de actividad, estas inspecciones deberán apoyarse de otros elementos de monitorización más precisos como aspiradores entomológicos, trampas de captura de adultos o trampas de oviposición.

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